A grandes rasgos, podemos hacernos una idea de Osaka dividiéndola en dos grandes centros urbanos, uno al norte (Kita, con la estación de Umeda como eje) y el otro al sur, llamado Minami o Namba, como su principal estación. Y es que en Japón la vida se desarrolla alrededor de las estaciones de tren.

Minami tiene mucho que ofrecer, pero está claro que existe una calle que brilla con luz propia (nunca mejor dicho, enseguida veréis porqué) y que merece ser visitada con detenimiento. Con esta entrada dedicada exclusivamente a la calle Dōtonbori, continúo con esta mini guía del centro sur osaqueño.
Qué ver en Minami
1 Dōtonbori. La concentración de gente, restaurantes y luces más bestia que he visto en mi vida; un festival de color que llega a su punto más álgido al caer la noche.

Aquí los gritos de Irasshaimase! (“bienvenidos”), a estas alturas ya más que familiares, a modo de invitación a entrar en los centenares de bares y restaurantes amontonados en esta calle peatonal que discurre paralela al canal del mismo nombre son ensordecedores, las voces más enérgicas y sus dueños un poco más macarras.




En Dōtonbori todo se mezcla; es un manojo de colores y formas, de sonidos y luces, de caras, cuerpos, aromas y sabores. Es un microcosmos fenomenal digno de ser recorrido cámara en mano, que es exactamente lo que hice.

Los carteles publicitarios luminosos o mecánicos son los rasgos distintivos de la calle. Algunos son muy conocidos, como el Glico Running Man (el corredor de Glico, la representación de un atleta corriendo los 300m), imagen de la marca de dulces Glico y verdadero icono de la ciudad, y el cangrejo móvil (mide 6,5m de ancho y mueve las patas y los ojos) que representa a la cadena de restaurantes Kani doraku.


Aprovechando que me encuentro en la capital gastronómica del país así como en una de las áreas con mayor oferta de establecimientos dedicados a la restauración, no me resisto a la tentación de probar las especialidades gastronómicas locales, entre las que cabe destacar los okonomiyaki (una especie de tortilla a la plancha) y los takoyaki (bolitas de pulpo fritas).





En Osaka encontramos también muchos restaurantes cuya especialidad es la preparación del famoso fugu. El pez globo (fugu en japonés) contiene un compuesto tóxico en algunos órganos (sobre todo en el hígado y los ovarios) y en la piel. El veneno, del que no se conoce antídoto alguno, produce parálisis muscular y, finalmente, muerte por asfixia. Únicamente los chefs con licencia especial están autorizados a cocinarlo y los restaurantes que lo preparan se encuentran bajo estricto control legal. El fugu se envía vivo al restaurante, que lo mantiene en una pecera, normalmente bien visible al público.


Por descontado, los restaurantes de ramen(sopa de fideos) no pueden faltar. Unos de los más conocidos aquí en Dōtonbori son los de la cadena Kinryu Ramen (algo así como “la sopa de fideos del dragón dorado”), fáciles de reconocer por el dragón tridimensional que preside los establecimientos y por los asientos exteriores en forma de tatami.



Y tampoco falta el sushi…

Un detalle significativo de la extravagante Osaka, que deja ver claramente su espíritu y carácter, es el apodo que ha adoptado: Osaka es la ciudad de kuidaore,de comer hasta reventar, vaya; así, como suena, a bocajarro y sin complejos. Por supuesto, un japonés espabilado aprovechó esta actitud generalizada para dar nombre a su restaurante y plantificarle la figura de Taro, un timbalero algo siniestro (todo hay que decirlo) que no solo ha sobrevivido al restaurante que lo hizo famoso (cerrado desde 2008) sino que se ha convertido en una suerte de mascota para pequeños y mayores, a medio camino entre Wally y los muñecos de José Luís Moreno, con tienda propia en Dōtonbori… como no podía ser de otra manera.



Al final de la calle, un poco fuera de lugar entre tanto jaleo, nos sorprende toparnos con el edificio del teatro Shochiku-za, en el que se representan obras de kabuki, una forma de teatro tradicional japonés sobre el que espero escribir en breve.

Una imagen de paz para huir del batiburrillo.
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